Para ellos recibir estos masajes es algo divertido que imitan rápidamente, ya que su conexión sana con el cuerpo está muy presente.
Aprender las zonas reflejas de los pies y darles los masajes a los peques, les ayuda al bienestar corporal, a facilitarles un sueño más reparador, a estar más relajados, les ayuda a eliminar cólicos, dolores de vientre, a mejorar procesos alérgicos, digestivos, respiratorios...
Y recordando siempre que la reflexología podal no sustituye ningún tratamiento médico, sino que es una ayuda complementaria de los mismos o un método preventivo para cuidar la salud.
Es muy Importante también, saber que este masaje es de una gran ayuda a nivel emocional, mejorando su capacidad de adaptación al entorno y ayudándoles a sentirse queridos y atendidos, lo que redunda en su bienestar y aumenta su seguridad frente a un mundo al que aún están adaptándose después de su paso por el vientre materno.